La verdad del encierro
Disfrutar de lo pequeño, hace todo mas satisfactorio y duradero. Los días se vuelven interminables. Cada vez que siento que estoy cerca, me hundo más. ¿Por qué? ¿Por querer saber la verdad? No hay forma, no veo nada, una y otra vez vuelvo con lo mismo. Mis papas siempre fueron una incógnita. Mis sueños dependían de mi alrededor, el sentimiento no era esencial. Se podía o no, estaba mal o bien, quería o no... daba igual. Tenia que soportar lo que los demás decían de mi, ignorar lo que sentía, tenia que luchar sola. Por miedo, si. No podía contarles porque no tenia la certeza de que me escucharan. Siempre me sentí un problema, una bolsa de papas, un paquete. Siempre tuve la verdad en mis manos porque estaba encerrada, encerrada entre dos mundos paralelos, mundos distintos, mundos que ya no encontraban su camino, no encontraban solución. Yo estaba en el medio, yo tenia que decidir, yo era la solución. ¿Y? Aun así el dolor aumentaba, el insomnio era mi mejor amigo, mi realidad se desvanec